Pasta fresca

Hace tiempo que vengo con ganas de publicar este post sobre la pasta fresca, pues es bastante importante ya que es una receta de las básicas  y por lo tanto la piedra angular de muchas otras. Pensareis que con la cantidad de pastas que hay en el mercado y lo baratas que son, quien va a meterse en semejante berenjenal, pero ya iréis viendo que hay recetas en la vamos a necesitar.

Vamos a preparar la pasta a la antigua usanza, a mano,  sin ningún tipo de robot o maquina y solo vamos a tardar 20 minutos.  Las medidas para la pasta fresca son muy fáciles por cada comensal un huevo y por cada huevo 100 grs de harina y una pizca de sal.

Ponemos la harina sobre la encimera limpia haciendo una hendidura en el centro en forma de cráter de volcán, lo suficiente grande para que quepan los huevos. Una vez formada la cavidad cascamos los huevos en un bol aparte, para comprobar que no estén malos,  e introducimos dentro y por último agregamos la sal.

Con mucho cuidado empezamos a batir los huevos, como si fuera para una tortilla, sin que se salga de nuestro volcán de harina. Conforme vayamos batiendo los huevos vamos a ir cogiendo, con el mismo tenedor,  harina de los laterales hasta conseguir  una textura parecido a una papilla.

En el  siguiente paso ya vamos a empezar a amasar con las manos y para ello vamos a ir cubriendo la papilla con la harina que la rodea y con mucho cuidado empezamos a amasar. En el caso de que la masa esté muy seca le añadimos unas cucharaditas de agua, pero no va a ser necesario si utilizamos los huevos tamaño L,  por ejemplo a mi no me ha hecho falta.

Ahora es cuando realmente empieza el trabajo, deberemos amasar durante aproximadamente unos 15 minutos hasta que consigamos una masa completamente lisa y suave.

La forma de amasar la pasta fresca es muy importante y aconsejo seguir las siguientes pautas. Para amasar vamos a utilizar las palmas de las manos, doblamos de arriba a abajo  dos veces y le damos media vuelta en sentido del reloj y volvemos a repetir lo mismo así una y otra vez hasta conseguir la textura deseada.

Una vez conseguida una masa lisa y uniforme  la envolvemos en un film y dejamos reposar durante 30 minutos en un sitio fresco pero seco. No es necesario que la metamos en la nevera, después del reposo la masa se pondrá más blanda y manejable.

Terminado el tiempo de reposo  ya tenemos terminada  la pasta fresca y lista para darle la forma que queramos manualmente con la maquina corta pastas como tallarines, espaguettis, planchas para lasaña o canelones, raviolis etc…

Espero que os haya gustado.

¡Hasta la próxima!