Hoy toca preparar unos ricos Bagels, son los típicos bocadillos que solemos ver de vez en cuando en las películas americanas, sobre todo si el escenario es Nueva York. Profundizando un poquito en la historia de este curioso bollito descubrí que no son originales de la ciudad de los rascacielos, si no de Polonia y que fueron importados por los emigrantes del momento.
La forma más típica de comer un Bagel es abierto por la mitad untado con queso fresco, tomate, alguna variedad de lechugas, salmón, jamón o atún. también es una delicia comerlos con una buena mermelada casera, aunque como hacerlo lo dejo a vuestra imaginación.
En primer lugar tamizamos la harina de fuerza en un bol grande o en el vaso del robot, si vamos a utilizar uno, y reservamos. En otro bol más pequeño mezclamos la leche tibia junto con el azúcar y la levadura cuando esté disuelto los añadimos a la harina y empezamos a remover.
Al poco que estén los ingredientes mezclado le añadimos la sal y ahora amasamos durante aproximadamente 5 minutos. Pasado el tiempo de amasado habremos conseguido una masa uniforme y lisa, dejamos dentro del bol, tapamos con un film y dejamos reposar durante unos 45-60 minutos, en un sitio fuera de corrientes de aire hasta que duplique más o menos su tamaño.
Pasado el tiempo de reposo y duplicado su tamaño volcamos sobre una superficie enharinada y amasamos otra vez para sacar el aire. Los Bagels que voy a preparar no van a ser muy grandes así que me van a salir unas 16 unidades. Para ello una vez amasado hacemos un rulo, dividimos por partes iguales y cortamos las piezas.
Ahora trabajamos cada uno por separado. De cada pieza hacemos una bolita que cerraremos con un pellizco que será la parte de abajo. Ponemos la parte de abajo sobre la encimera y con la mano de forma cóncavo hacemos círculos hasta conseguir una bolita uniforme.
Las bolitas tienen que volver a reposar otro rato, para ello he forrado una bandeja de horno con papel de horno. Ponemos las bolitas sobre la bandeja dejando un espacio de 2-3 cm entre ellos para cuando crezcan no se toquen. Tapamos con un paño y como he dicho volvemos a dejar reposar durante 1/2 hora.
Cuando las bolitas hayan duplicado su tamaño vamos a hacer el agujero de centro. Para ello con ayuda de un palillo o con la parte de atrás de un tenedor atravesamos el centro del bollito y posteriormente agrandamos con las manos.
Ponemos un recipiente con agua hasta la mitad a hervir una vez que arranque bajamos la temperatura hasta que deje de hacer burbujitas y añadimos una cucharada de azúcar y otra de bicarbonato. Ahora introducir los Bagels durante un 1 minuto por cada lado en el agua. Debemos tener en cuenta que los Bagels van a aumentar de tamaño por lo que hay que dejar espacio entre ellos.
Aún no hemos terminado, nos queda hornear los Bagels, así que cuando los saquemos de agua volvemos a colocar sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear.
Precalentamos el horno a 200 grados.
Preparamos un pequeño surtido de semillas para adornar los Bagels. Yo he elegido semillas de amapola, pipas de girasol o de calabaza, sésamo blanco y negro o incluso me he atrevido con sal del Himalaya.
Batimos un huevo y untamos con una brocha toda la superficie y decoramos como más nos guste con las semillas.
Una vez tengamos los Bagels adornados y listos introducimos en el horno durante unos 20 minutos a 200 grados.
El tiempo de horneado es orientativo, como ya he comentado en otros posts anteriores, ya que puede diferir según cada horno. Una vez horneado se sacan del horno y se ponen a enfriar sobre una rejilla y cuando esté fríos están listos.
Aunque sin nada por si solos ya están riquísimos, si los acompañamos con queso fresco, tomate, lechuga y salmón, ni os cuento como están. Bueno mejor probad ustedes mismos.
¡Espero que os haya gustado y hasta la próxima!
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